jueves, 10 de enero de 2008

Carlitos

Otro dia de oficina, otro atasco matinal (gracias a la inhabilitación del transporte público que tan alegre y religiosamente utilizaba a diario) y después de la tediosa búsqueda de parking llego a la fria sala llena de ordenadores, cables, pantallas planas... y Carlitos.

Carlitos es un joven de unos 22 años, bajito, con peinado Alcántara (coincidiendo en peinado y nombre con el pequeño de la familia televisiva), camisa de cuadros, pantalones que dejan ver sus calcetines blancos sport y gafapasta. Acaba de encontrar su primer trabajo después de nutrirse de la sabiduria de la docencia de Formación Profesional, rama Informática, y que mantiene la ilusión por todo aquello que sea aprender y convertirse en un Bill Gates. Todo porque le dijeron que se metiese en la informática que tendria mucha pasta (como no sea de los macarrones y sopa de fideos Hacendado...). Por eso llega cada dia veinte minutos antes que nadie para repasar la documentación de la empresa. La misma documentación que yo utilizo para limpiarme el culo.

Hace una semanita llegó el gerente a mi mesa mientras estaba absorto estudiando los ultimos párrafos de la crónica de la jornada de Marca para decirme que en quince minutos llegaba un nuevo desarrollador y que lo tenia que integrar en el equipo.

- ¿Es bueno? - pregunté al gerente.
- Segun me han dicho es un experto en programación web y PL/SQL.

En ese momento me entro una extraña sensación de miedo. Sabia que la empresa que aporta soporte humano habia vuelto a horadar los anos pecadores de las chicas de Recursos Humanos vendiéndoles la moto con otro chaval que no tiene el perfil solicitado. Siempre hacian lo mismo, traian Cruzcampos a precio de Paulaners.

A los veinte minutos me presentaron a Carlitos que, por lo que se ve, congenió perfectamente con el gerente y que con dosis de "buen rollo" y un gran feeling les hizo deshacerse en risitas y cumplidos varios. Cada vez que el gerente explicaba lo buena, lo seria que era la empresa y las posibilidades promoción Carlitos respondia asintiendo feliz con la cabeza.

- Carlitos, ¿has trabajado con Developer?
- Claro jefe, ¡¡lo inventé yo!!

Todo ese buenrollismo me hizo imaginar a Carlitos como el juguete sexual del Gerente. Ya veia unas rodilleras en los cortos pantalones de Carlitos que antes no estaban alli. Los veia rebozados en una pelea de barro. Los veia desnudos viendo videoclips de Locomia y de Village People. Los veia en la plaza de Chueca cantando la ultima canción de los Backstreet Boys embozados en tangas de colores.

Aquello era demasiado, no aguantaba más. En ese momento se me nubló la vista y se volvió todo blanco. Fui a por un vaso de agua. La maquina del agua estaba justo al lado de Marta, la secretaria más simpática y atractiva que jamás haya visto. Tan alta, tan rubia, tan voluptuosa. Sus grandes pechos desafiantes a todas las leyes de la gravedad hicieron deshacerme de esos pensamientos que estaban pateando las pelotas de mi heterosexualidad.

Volví a entrar en la sala y volvia a ver una imagen más normal, nada de barro, nada de Locomia. Solo veia una Cruzcampo y un obeso gerente con pelo largo y traje con corbata que hablaba con un sonriente chaval. Todavia no estaba recuperado del todo. Me dieron unas dos horas para explicar a Carlitos los conceptos básicos, normas internas, estandards y la mierda de aplicación con la que Carlitos tenia que lidiar a partir de ahora. Él me miraba con ojos como platos y de vez en cuando asentia convencido con la cabeza. Yo sabia que él no estaba entendiendo nada pero seguí a lo mio.

Al acabar las dos aburridas horas de monólogo le pasé mi correo y le dije que a la menor duda no dudase en consultarmela. A los diez minutos de llegar a mi puesto de trabajo ya me estaba tocando los cojones llenándome la bandeja de entrada de mails, en total creo que fueron seis.

Pasaron un par de dias y al mismo ritmo que yo me fui cansando de responder a sus mails él se fue cansando de mandarlos. Yo pensé que ya habia cogido el hilo del trabajo pero resultaba que se estaba aburriendo, le metian prisa desde gerencia, se sentia desbordado, sin ideas, perdido en un revuelto mar de dudas. Solo tenia un salvavidas y no me volvió a mandar más mails de dudas. Sentia pena porque anteriormente yo me encontré con la misma situación, pero no podia ayudarle.

Hoy me he enterado que Carlitos ha dado los quince dias a la empresa. Se va a trabajar a una tienda de chucherias de propiedad familiar.

¿Quien tiene la culpa de los fracasos laborales?

3 insensatos contestaron:

Unknown dijo...

Qué gran realidad tan bien reflejada. Te venden la piruleta, te endulzan todo, y luego te ponen frente al peligro sin flotadores.

Me ha gustado el momento "cariñitos" entre el egerente y el tal Carlitos jajaja

saludos!!

Unknown dijo...

Eres un compañero de trabajo muy cerdo! (en todos los sentidos) ..

=)

Pep dijo...

Lo que soy, es observador.

No te preocupes xapi, algun dia contaré historias sobre Marta.

Zorro, hace unos años me dí cuenta que la docencia es una mierda y los primeros dos meses de trabajo son un dificil ejercicio de supervivencia.